Es quizás la raza de gallinas domésticas más antigua del mundo.
Una raza dócil y tranquila que la primera vez que la ves te deja con la duda de si tiene realmente plumas o pelos, porque sus plumas carecen de ganchos lo que las hace esponjosas como el plumón de los pollitos recién nacidos incluso en las patas, al mismo tiempo el copete que poseen parece un pompón, especialmente el de las hembras, aunque el de los gallos también es sorprendente, cuando la observamos con más detalles vemos que aún tiene otros rasgos que la hacen diferente de las demás, las orejillas son pequeñas y ovaladas de color azul turquesa intenso, color que contrasta sobre las plumas de cualquiera de la amplia variedad colores que existen, otra de las curiosidades que tiene es que en lugar de tener cuatro dedos en las patas como cualquier gallina, tienen cinco más el espolón en los machos, otra peculiaridad es que su piel independientemente del color de la pluma, es de color azul negruzco, los machos tienen la cresta pequeña y con forma de cojín y de color negruzco granate azulado, existen dos variedades, con barba o sin ella, personalmente a mí me gustan más con barba, todo esto forma un contraste único y sorprendente.
La nobleza y dotes como nodrizas para incubar los huevos de cualquier raza es una gran ventaja, de hecho no uso incubadora desde hace muchos años, no tengo que preocuparme de mover los huevos, de la humedad ni de que se produzca un apagón, por supuesto tampoco uso criadoras, desde entonces me olvide de las bombillas para darles calor, pero lo más importante para los pollitos es que sus padres desde el primer día les enseñan a vivir, aunque por su propia naturaleza ya traen el instinto para comer y demás, he notado una gran diferencia con los que nacen en incubadoras, parecen más listos, tienen más claro lo que tienen que hacer, tienen menos miedo a humanos, saben mejor lo que se puede comer y lo que no, tienen más cuidado con los depredadores y demás.